El DME, o dimetil éter, es sin duda uno de los combustibles alternativos y sostenibles más prometedores en el sector del transporte pesado por carretera. La ausencia total de azufre, la combustión con emisiones muy bajas de NOx y partículas, la alta eficiencia energética y la posibilidad de poderse producir con una amplia variedad de fuentes renovables, lo posicionan como uno de los mejores combustibles para cumplir con la normativa europea de 2025 y 2030 en cuanto a la reducción de las emisiones de CO₂.
Fiel a su enfoque multifuente y multicombustible, FPT Industrial está desarrollando en su Centro de I+D de Arbon (Suiza), cuna de las tecnologías Common Rail y HI-eSCR, un proyecto innovador para utilizar el DME como combustible alternativo al diésel en un motor de gran potencia de 11 litros. El proyecto está financiado por la Oficina Federal de Energía de Suiza (SFOE), y el banco de pruebas está en el EMPA, el Laboratorio Federal Suizo de Ciencia y Tecnología de los Materiales situado en Dübendorf.
El DME, que se ha utilizado durante décadas como propulsor para las latas de aerosol, no es tóxico, no tiene olor y puede ser absorbido por la troposfera. En cuando a su almacenamiento y reabastecimiento, se comporta como el GLP y por lo tanto puede mantenerse en estado líquido con muy poca presión. El estudio y el proyecto capitaneados por FPT Industrial se basan en la solución de algunos problemas relacionados con el uso del DME como combustible de automoción, en particular en lo que respecta a los sistemas de inyección.
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